Por su versatilidad y confiabilidad -tanto en su versión estándar como en sistemas secos, diluvio y pre acción- los Sprinklers son uno de los sistemas de protección activa contra incendios de mayor utilidad, hasta en locaciones críticas como museos o sitios históricos.
¿Qué es un sistema de rociadores automáticos?
Básicamente es un sistema mediante el cual, ante el evento de un incendio, se descarga una fina lluvia de agua allí donde se está produciendo el fuego teniendo como objetivos la contención del fuego allí donde se inicia impidiendo su propagación, la protección de las estructuras edilicias demorando o impidiendo el derrumbe y dar alerta de la existencia de un incendio.
Consta de una reserva de agua, bombas de impulsión, cañerías de distribución y rociadores automáticos que cuentan con un elemento sensible al calor que produce el disparo únicamente de aquel que es alcanzado por el calor. Es importante destacar que la probabilidad de fallos (o sea de apertura espontánea injustificada) de un rociador se encuentra en el orden de 1 en 13 millones.
Casi siempre es conveniente utilizar sistemas de rociadores teniendo en cuenta que, si hay equipamiento eléctrico o electrónico, el sistema debe estar diseñado de modo que, ante la activación de la alarma de flujo se corte el suministro eléctrico. Si esto no es posible, también existen sistemas especiales de rociadores con simple o doble bloqueo en los cuales la señal de presencia de fuego debe provenir de al menos dos elementos (rociador y un detector especial) para producir la descarga de agua.
Hay que recordar que si el rociador se activa, lo que está debajo de él está en llamas, por lo que sin su activación de todas formas el daño sería mayor y por otra parte el rociador controla el fuego con una fina lluvia de agua desde un orificio generalmente de ½” a 0,5 bar mientras que, si se espera la actuación de los bomberos estos utilizan mangueras de 1 ¾” o 2 ½” a no menos de 4 bar con un potencial de daño varias veces superior al rociador.
Los rociadores automáticos son, sin lugar a duda, el sistema más confiable y efectivo, con mayor tiempo en el mercado y número de eventos que han llevado al extremo sus ensayos en el terreno, de la protección contra incendios. Actúan directa y automáticamente combatiendo el fuego allí donde se inicia protegiendo a las personas, a la instalación y al edificio. Además, es un sistema noble y de relativamente fácil mantenimiento con un muy bajo costo anual no estando prohibido por las normas legales vigentes.